Estos días hemos estado trabajando temas referidos a la normativa que regula la educación infantil, tanto a nivel europeo y nacional como balear.
Estamos cansados de escuchar que la educación está cambiando y que ahora se orienta a la atención individualizada del niño, a cubrir sus necesidades, a ayudarle a explorar y descubrir para que vaya conformando sus esquemas de conocimientos...todo esto queda muy bonito en los famosos "power-points" y en los artículos de Coll, Solé y compañeros suyos, pero la realidad es que en el aula siguen habiendo ratios que, habitualmente, doblan las recomendadas por la Unión Europea; que sigue habiendo una fragmentación en cuanto a titulación requerida en cada etapa; que sigue habiendo horarios escolares cerrados, lo que imposibilita a los niños crear y explorar con el tiempo necesario, etc...
Se pueden citar más hechos reales, pero el principal problema está la incoherencia entre las diferentes normativas que se supone, deberían regular todos los aspectos básicos de esta etapa, con el único objetivo de conseguir individuos mejor capacitados y más desarrollados.
Es triste saber que, con esta situación, la único que se propone es reducir un 8,1% más el dinero destinado a la educación, que debemos recordar, tiene la función de formar al futuro, a aquellos que deben cambiar las cosas.
Mientras tanto, España seguirá a la cola en tema educación, y nosotros, actuales y futuros maestros, seguiremos inventando técnicas y estrategias que aseguren el crecimiento personal y adecuado de los "más pequeños".
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